Yo sudaba a mares, tenía el pulso a mil, los ojos como platos y un increíble terror. El hombre se alejó y cerró la puerta dejándome allí volviéndome loco pensando en lo que me había dicho y buscando la manera de escapar.
Con tanto sudor las cuerdas de mis manos empezaron a soltarse. Sentí una felicidad enorme. Estaba suelto. Pero, ¿Cómo iba a salir de ahí? Decidí quedarme en la silla a esperar que entrase otra vez. Entró, volvió a acercarse por mi espalda, ésta vez noté como me acariciaba con algo afilado y puntiagudo. Él no sabía que yo tenía las manos sueltas. Era mi oportunidad.
Me giré al mismo tiempo que le clavaba el cuchillo en su cuello. Fue entonces cuando en su rostro reconocí la cara de mi amigo. Antes de morir, con esfuerzo, logró susurrarme:
-Feliz día de los inocentes, lo siento, me he pasado.
Ya era tarde, mi amigo muerto entre mis brazos, un charco de sangre... No sabía cómo iba seguir viviendo con la imagen en mi mente de mi mano incrustándole un cuchillo. Decidí que tenía que seguir adelante y dejé el cadáver atrás. Al menos estaba libre. O eso creía. Vi que la puerta estaba cerrada con pestillo desde fuera.
Había una tercera persona...
*Continuará*
Vaya día de los inocentes... Yo quiero que me escribáis un relato. Me gustaría uno de mucho suspense. Que el que lo lea se sienta realmente agobiado. Pero debe ser a plena luz del día. Sin tener que hacer uso de la noche, los ruidos, los cuchillos ni de los ya archiconocidos recursos literarios de suspense. Me gustaría algo nuevo, diferente, donde yo, a plena luz del día y viajando con mi coche por algunas de esas carreteras interestatales de los Estados Unidos me sucedieran cosas que provoquen intriga y suspense. (Gracias Iosune)
ResponderEliminarGracias por visitar nuestro blog.
EliminarTambién darte las gracias por proponernos esta nueva historia q creo q va a ser un poco complicada pero q al final va a quedar muy bien.
Te avisaremos cuando este terminada. =)
La rubia peleona (tu primica).