Lo comprendí todo al instante, él era un demonio, un ser creado para tentar y matar. Lo miré con lágrimas en los ojos. Iba a matarme, pero no me importaba, por mi culpa mis amigas habían muerto, si yo no hubiese insistido en venir al campamento ellas seguirían vivas. Una punzada de dolor surcó mi cuello, un líquido espeso y caliente se deslizó por él. Dan comenzó a sorber mi sangre. Traté de pararle, pero eso únicamente consiguió que él clavase sus garras en mi espalda, provocándome aún más dolor.
- Tus amigas son unas entrometidas, si no se hubiesen metido seguirían vivas. Únicamente te quería a ti. Tu alma es lo único que necesito. Un alma jamás corrompida- Dan me miró con una sonrisa en la cara.
- Te odio por mentirme, por matar a mis amigas, pero no lucharé contra ti, sin ellas únicamente quiero morir- respondí desafiante.
Dan, incrédulo, tomó una daga de su pantalón y me la clavó en el abdomen, causándome más dolor. Desgarró mi camiseta y me abrió el pecho, mas ya no sentía nada, no había dolor, Dan se estaba llevando lo único que me quedaba: mi alma. Al poco tiempo dejé de oír el bosque, de ver sus colores, dejé de sentir las manos de Dan alrededor de mis heridas, todo se volvió negro. Y, entre lágrima, di mi último respiro. Todo acabó.
FIN.
"Espero que os haya gustado tanto como a mí."
By: La loca de las Converse.
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